domingo, 30 de diciembre de 2012

Fuente del Patio de los Leones



Nos encontramos ante la fuente del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada realizado en el siglo XIV por orden del sultán nazarí Muhammad V. Pertenece al arte nazarí.

Esta fuente está formada por 12 leones que sirven de apoyo a lo que se podría considerar la fuente propiamente dicha. Los leones, siguiendo los principios del arte islámico, no son realistas, sino que parecen más bien perros o gatos, no fieras salvajes. Están localizados en el centro de uno de los patios principales de la Alhambra. Este patio es de planta rectangular, con 2 templetes en los lados menores y 4 lados porticados de galerías a base de arquerías sobre columnas de mármol y arcos que actúan como pantallas visuales. En el sur podemos localizar la sala de los Abencerrajes; en el norte, la de las Dos hermanas; en el oeste, la de los Mocárabes; en el este la de los Reyes. Muhammad V mandó construir este patio siguiendo el ejemplo de su padre, Yusuf I el cual había construido el Patio de los Arrayanes, el otro patio principal de la zona palatina de la Alhambra, durante su reinado, demostrando así que su poder no era menor que el de su progenitor.

Cuando esta fuente fue realizada, Al-Andalus había desaparecido casi por completo, a los árabes tan solo les quedaba un último reducto en la Península Ibérica: el reino nazarí de Granada. Tras su llegada a la Península en el 711 y su rápida expansión detenida únicamente por la escaramuza de Covadonga, liderada por Don Pelayo, habían dominado la antigua Hispania durante muchos siglos. Comenzaron a formarse los reinos cristianos: Castilla a partir del pequeño reducto que había quedado libre de la invasión musulmana; Navarra y Aragón a partir de la marca hispánica de Carlomagno. Estos reinos (especialmente Castilla y, en parte, también Aragón) comenzaron a expandirse reconquistando múltiples territorios llegando a la determinante batalla de las Navas de Tolosa en el 1212, momento en el que los castellanos obtendrán el poder y los musulmanes se deberán recluir en Granada, último bastión que resistiría hasta el año 1492 cuando los Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, acompañados por Don Gonzalo Fernández de Córdoba lograron conquistar la última ciudad musulmana de España.

Políptico Barberini



Nos encontramos ante el Políptico Barberini de autor desconocido, del siglo VI d.C.  Pertenece a la escultura del arte bizantino.

Esta obra es un bajorrelieve en la zona lateral y un altorrelieve en la parte céntrica. Es una obra realizada en marfil de 34 centímetros. Está dividido en cinco partes (cuatro bordes y una céntrica). En el centro podemos ver a Justiniano en posición de corbeta y clavando la lanza, además de la Niké y el símbolo de la abundancia a lo pies del emperador; en el lateral hay un soldado que lleva una Niké con una corona de laurel; abajo apreciamos un grupo de extranjeros ofreciendo regalos; arriba vemos a Cristo en clípeo con el sol y la luna, joven e imberbe, con ángeles a sus lados. Tiene una finalidad propagandística, ya que pretende ensalzar uno de los triunfos del emperador bizantino Justiniano.

Esta obra fue realizada en el momento de máximo esplendor del Imperio Bizantino, el reinado de Justiniano. Él, como emperador, estableció una política expansionista cuya finalidad era regresar a la magnificencia del Imperio Romano durante la Pax Augusta, y llegó a conquistar grandes territorios hasta expandir su Imperio por algunas zonas de Italia y el sur de la Península Ibérica.


Mosaico de Justiniano



Nos encontramos ante el mosaico de Justiniano y su séquito de autor desconocido. Fue realizado en la iglesia de San Vital en Rávena (Italia) en el año 547 d.C. Pertenece a la técnica musivaria del arte bizantino.

Esta obra representa al emperador Justiniano junto a varios miembros de la corte y la guardia en el centro, estando la imagen rodeada con un marco. Está realizado mediante la técnica musivaria bizantina, la cual consiste en crear imágenes mediante teselas de mármol o barro cocido con pasta vítrea. Dependiendo de la disposición de las teselas debemos hacer una división: opus tesselattum (si las teselas son cúbicas e iguales) y opus vermiculatum (si las teselas van adoptando el contorno preciso). Ambos tipos se mezclan para crear las imágenes ya que el opus tesselatum se usa para rellenar y el vermiculatum para los contornos. Se usa una gran variedad de colores como el verde y el amarillo en el fondo, el púrpura en la túnica del emperador y el blanco en la túnica de los demás. En esta imagen debemos destacar la isoscefalia (las cabezas están a la misma altura), los pies en forma de “V” y “flotando” ya que no parecen estar apoyados en el suelo, por otra parte, podemos apreciar también una cierta jerarquía piramidal en la que el emperador bizantino será la punta. Además de Justiniano, al que se diviniza mediante la aureola de su cabeza y sostiene la patena podemos observar a su derecha a Belisario, el general que tomó la ciudad de Rávena, el obispo Maximiano y dos eclesiásticos (estos tres portan objetos sagrados, simbolizando el fuerte poder religioso del emperador) y a su izquierda dos funcionarios (símbolos del poder político) y varios guardias los cuales sostienen un escudo con el crismón, el símbolo del emperador, siendo ellos los representantes del poder militar.

Los mosaicos son el arte más representativo del Imperio Bizantino. Estaban formado por teselas de mármol o barro cocido con pasta vítrea (estos últimos eran de diferentes colores) pudiendo ser opus tesselattum (teselas cúbicas iguales, usadas para el relleno) y opus vermicultaum (teselas que van adoptando el contorno preciso). Destacan por el hieratismo, la divinización de las imágenes mediante el uso del tono dorado, el tamaño jerárquico y el poco (por no decir inexistente) volumen de  las imágenes. Destacan también, a parte del mosaico de Justiniano, el de su esposa Teodora también en Rávena, los mosaicos de San Apolinar in clase y San Apolinar Nuevo.

Cuando este mosaico fue realizado, el Imperio Bizantino se encontraba en su época de mayor esplendor debido a las expansiones de Justiniano. Tras la separación del Imperio Romano y la posterior caída del Imperio Romano de Occidente en el 457 d.C., Justiniano intentó volver al máximo esplendor que se había conseguido antaño logrando numerosas conquistas por zonas, entre otros lugares, de la península Itálica consiguiendo aumentar el prestigio de este Imperio que sobreviviría hasta el 1453, cuando Constantinopla fue tomada por los turcos.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Buen Pastor



Nos encontramos ante una pintura de un Buen Pastor de autor desconocido, encontrado en unas catacumbas las cuales eran usadas hasta el 313 d.C. Pertenece a la pintura del arte Paleocristiano.

Esta obra es una pintura parietal que representa una parábola bíblica muy repetida en este tipo de arte: la del Buen Pastor. Es tan usada ya que se compara con él a Jesús (Él es el buen pastor y los fieles su rebaño). Es una pintura simple, en la que podemos observar un hombre con ropas sencillas que lleva una oveja sobre sus hombros y una especie de caldero en su mano.

Esta obra se encontraba en unas catacumbas, lugares de enterramiento colectivo. Estaban compuestos por salas (donde se enterraba a la gente) y pasillos por los que se circulaba, aunque finalmente acabaron por adaptarse para que sirvieran también como enterramiento. Dependiendo de su forma había dos tipos de sepulcros: loculi (cuadrado) y arcosolio (de arco).

Cuando esta pintura fue realizada, el cristianismo aún estaba prohibido y era perseguido por las autoridades del Imperio ya que veían amenazado su poder pues los cristianos se negaban a rendir culto al Emperador, al cual los romanos creían una divinidad más. De forma que, hasta el Edicto de Milán (313) no tuvo libertad de culto y, hasta el 380 no fue convertida en la religión oficial gracias al emperador Teodosio.

Junio Basso



Nos encontramos ante el sarcófago de Junio Basso de autor desconocido del año 359 d.C. Pertenece a los sarcófagos de Estilo Bello del arte Paleocristiano.

Esta obra tiene unas dimensiones de 2,5 metros de alto y 1,5 de ancho. Presenta diferentes relieves en sus partes laterales y frontal. Está formado por dos pisos con 5 nichos cada uno, divididos por columnas con fuste estriado profusamente decorado, arcos y frontones a dos vertientes. En la parte superior encontramos las escenas del sacrificio de Isaac; la prisión de Pedro; un Cristo puer adoctrinando y a los lados San Pedro y San Pablo; la prisión de Cristo; Cristo ante Pilatos. En la parte inferior observamos a Job; Adán y Eva; la entrada triunfal en Jerusalén; Daniel en el foso de los leones; el prendimiento de San Pablo. En los laterales hay decoración relacionada con la vendimia, principalmente ramos de vid y, en la parte superior, encontramos la figura del fallecido.

Esta obra es muy característica dentro del arte paleocristiano ya que se dedicaban sobretodo a la realización de sarcófagos, especialmente entre los siglos III y V. En la primera mitad del siglo III, se caracterizan por ser de friso corrido o estrigiliados con representaciones del Buen Pastor. Pero desde la segunda mitad de este siglo, el modelo de sarcófago cambiará ya que se ampliará el repertorio con imágenes del Antiguo y el Nuevo testamento, destacando el uso del doble friso.

Cuando este sarcófago fue realizado, el cristianismo se había convertido en una religión más del Imperio gracias al Edicto de Milán que dio libertad de culto y, por tanto, se concedió también libertad artística a los cristianos. Unos años más tarde (380), Teodosio convertirá el cristianismo en la única religión oficial del Estado, prohibiendo todos los demás cultos, iniciando así un largo período en el que el cristianismo controlaría Europa.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Flora de Stabias



Nos encontramos ante un fresco que representa a la primavera o Flora, encontrado en Stabias (Nápoles). Es una obra de autor desconocido y datada en el siglo I a.C., perteneciente a la pintura romana. En la actualidad se encuentra en el Museo Arqueológico de Nápoles (Italia)

Esta obra es una imagen realizada a mano sobre madera con pigmentos naturales (tierras), estuco y acabado con encausto. Se representa a una mujer recogiendo flores, de forma delicada. Debemos destacar su cuidado peinado, recogido con una diadema, además de sus ropas de influencia griega. Esta imagen inspiró a Sandro Boticelli en su creación de “La primavera”.

La pintura romana es más bien escasa, aunque debemos destacar los diversos estilos pompeyanos (incrustaciones, arquitectónico, ornamental, ilusionista), los temas mitológicos, los naturalistas y el retrato. La pintura naturalista, como podría considerarse la imagen que hemos comentado, destaca por el realismo, la delicadeza, la gracia y la voluptuosidad de las imágenes.

Esta obra fue realizada durante la época de la República, período en el que se vivió uno de los momentos claves de Roma, su enfrentamiento con Cartago, la potencia del otro lado del mediterráneo, el cual determinó quienes serían los líderes del mundo.

Augusto de Prima Porta



Nos encontramos ante el Augusto de Prima Porta, obra de autor desconocido del siglo I d.C. Es una estatua perteneciente a la escultura del Alto Imperio – en su primera etapa, para ser más exactos-. En la actualidad se encuentra en los Museos Vaticanos.

Esta obra representa a Augusto, primer emperador de Roma, de forma “thoracata”, con sus ropas de militar, animando a las tropas ante una batalla. Podemos apreciar como lleva una especie de túnica con pliegues, los cuales están muy bien logrados, situado encima de la coraza característica de los militares romanos. A sus pies, de forma muy simbólica, se encuentra Eros o Cupido, dios del amor, cosa que nos indica que la dinastía Julio-Claudia descendía de la propia Venus al ser los descendientes de Eneas. La coraza contiene una gran cantidad de información: en la parte superior podemos observar a Tiberio, sucesor de Augusto, recibiendo unas insignias, las nuevas provincias romanas (Hispania y Galia), finalmente, en la parte baja podemos ver a la Madre Tierra con Rómulo y Remo y el cuerno de la abundancia escoltado por Diana y Apolo. Debemos destacar que esta estatua es una copia en mármol de una original en bronce y que está inspirada en el modelo griego del Doríforo (cosa que sabemos gracias a las proporciones y al contraposto).

Esta obra pertenece a la estatuaria romana del Alto Imperio, lo cual destaca por el idealismo (influencia helenística), el uso del trépano, la aparición de la barba y el predomino del cuerpo entero, aunque también se realizaban estatuas ecuestres y bustos en los que se incluían los pectorales. Todo esto contrasta con la escultura que comenzó a realizarse en el Bajo Imperio, de la cual debemos destacar un pequeño “paso atrás”, debido al hieratismo y la divinización de la imágenes, que perdieron su realismo.

Esta escultura fue realizada durante el Alto Imperio, la época más esplendorosa y de máxima expansión de Roma. Augusto, personaje representado aquí, fue el primer emperador tras vencer a Marco Antonio en Egipto. Es la época de Paz y tranquilidad, la de los grandes emperadores como Trajano o Adriano pero, poco a poco y quizás debido a las recientes comodidades, todo comenzó a venirse abajo hasta acabar con el fin del Imperio Romano en el 476 d.C.

Patricio Barberini



Nos encontramos ante el Patricio Barberini. Es una obra de autor desconocido, datada en el siglo I a.C. y perteneciente a la escultura del período republicano. En la actualidad se encuentra en el Palacio de los Conservadores (Roma).

Esta obra está realizada en mármol y en ella podemos apreciar a un hombre, probablemente un patricio, con dos bustos de otros dos hombres. La figura principal representa a un hombre de mediana edad, con una túnica de la que debemos destacar la técnica de los paños mojados (cosa que vemos en los pliegues de sus ropajes). Uno de los bustos está situado encima de una columna. Debemos destacar las grandes diferencias que se puede apreciar en las caras de los tres personajes y el gran realismo pues se representan personas de avanzada edad (el abuelo y el padre de la figura principal), con sus rasgos propios y un gran realismo. Esta escultura tiene su origen en las imágenes Maiorum, unas máscaras funerarias – realizadas cuando una persona moría – que se colocaban en unas hornacinas en las casas.

Esta obra pertenece a la escultura de la república. Tiene una fuerte influencia etrusca (ritos funerarios) y se caracteriza por el gran realismo, el individualismo de los personajes y el predominio del pelo corto en las figuras. La mayor parte de las esculturas que se realizaban en esta época eran los bustos hasta el cuello o el inicio del pecho.

Esta escultura fue realizada durante la República. En esta época destacan las guerras púnicas contra Cartago, las cuales decidieron quien sería la máxima potencia, la civilización que controlaría todo el mundo conocido. También hubo grandes avances en la legislación, además de una guerra civil. En esta época destacan importantes figuras como Sila, los Gracos, los Escipiones y Mario. Esta época fue el preludio de la etapa más importante, el Imperio, el cual empezaría tras el asesinato de Julio César.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Laocoonte y sus hijos



Nos encontramos ante el conjunto escultórico del Laocoonte y sus hijos realizado por Agesandro, Polydoro y Athenodoro en el año 50 a.C. Pertenece a la escultura helenística, concretamente a la Escuela de Rodas. En la actualidad se encuentra en los Museos Vaticanos.

Esta obra es un conjunto escultórico formado por tres personajes, además de la serpiente, de bulto redondo, realizado en mármol. El personaje central es Laocoonte, sacerdote troyano que se opuso a la entrada del famoso caballo en la ciudad de Troya. Podemos apreciar que es un hombre de mediana edad, pero aun así, presenta una fuerte musculatura; la barba y el pelo están muy bien conseguidos gracias al trépano. Su rostro presenta una gran expresividad debido al dolor del momento, no solo porque la serpiente le esté estrangulando sino también por ver como están muriendo sus hijos. A estos dos jóvenes se les representa también con una expresión de gran sufrimiento. Lo que más debemos destaca de este conjunto es su gran expresividad, característica tanto del período como de la escuela a la que pertenece. Representa un tema mitológico, el castigo de los dioses al sacerdote Laocoonte y su finalidad es la de demostrar que esos dioses eran los más poderosos y que no debían ser desobedecidos ya que una falta de respeto conllevaría un gran castigo.

Este conjunto escultórico pertenece a la escultura helenística la cual se caracteriza por una mayor emotividad y complejidad compositiva, además de por los temas heroicos, anecdóticos y sensuales. Esta corriente se dividía en diferentes escuelas: la de Atenas (en la que destacan El niño de la oca, El niño de la espina, la Venus de Milo y el torso belvedere), la de Pérgamo (donde destacan el Gálata Ludovisi y el altar de Zeus), la de Rodas (la “más importante” ya que en ella se realizaron la Victoria de Samotracia, el Toro Farnesio, el Coloso de Rodos y el Laocoonte), la de Antioquía (en la cual debemos destacar la Fortuna de Antioquía y e Sátiro Barberini) y la de Alejandría (donde se realizaron la Alogoría del Nilo y las Tanagras).

Esta obra fue realizada en la época helenística (330 a.C. – I a.C.) la cual se inicia cuando Alejandro Magno crea su enorme imperio y extiende por todo este la cultura griega. Tras su muerte, se dividirá en diversas provincias iniciándose así la decadencia del poder de la hélade. Estas provincias, queriendo demostrar su poder frente a las otras, crearon las escuelas, comenzando así su gran afán creador que nos daría unas magníficas esculturas y unos grandes avances que los romanos heredarían. 

Hermes con Dionisos niño



Nos encontramos ante Hermes con Dionisos niño, realizada por Praxíteles en el año 340 a.C. en Grecia. Pertenece a la escultura clásica griega. En la actualidad se encuentra en Olimpia.

Esta obra, la cual es una escultura de bulto redondo realizada en mármol, representa un tema mitológico pero desde un punto de vista más humano, en este caso, al dios mensajero Hermes con Dionisos, dios del vino y el tiempo, niño. Podemos apreciar aquí la denominada curva praxiteliana, en forma de S. Presenta un gran naturalismo sensual gracias al acabado en mármol, además integra el soporte dentro del conjunto escultural, en este caso, tapado con una especie de sábana o toalla, realizado mediante el proceso de paños mojados. Una de sus principales características es que se conserva el original y que sirvió de modelo a la Iglesia Católica para la imagen de San Cristóbal con el niño Jesús.

Esta escultura se encuadra dentro de la escultura clásica griega del S. IV a.C. Esta estatuaria destaca por romper con la ley de la frontalidad gracias al contraposto , en este caso, la “S praxiteliana”. También las proporciones debían ser armónicas, representándose el esqueleto perfecto con el desnudo ya que se representaban mejor así la movilidad de las articulaciones. Destacando los pectorales, la cintura y el ángulo inguinal. De este período también podemos nombrar autores como Escopas quien realizó obras como Ménade, Lisipo con obras como el Apoxiomeno o Leócares quien esculpió la Diana Cazadora y el Apolo Bervedere.

Esta obra se realizó en el S.IV a.C., en plena etapa clásica, de la cual debemos destacar la importancia de las polis como centro militar, económico, político y administrativo, destacando Atenas, la cual implantó el “gobierno del pueblo” o democracia, un gran avance básico en la sociedad actual. También es importante el enfrentamiento con los persas por el control de Asia Menor, en las famosas Guerras Médicas. Pero también es la mayor etapa cultural, llena de avances filosóficos, culturales, artísticos y matemáticos en el llamado “milagro griego”.

Friso de las Panateneas



Nos encontramos ante el Friso de las Panateneas del Partenón de Atenas, Grecia esculpido por Fidias en el 447 a.C. aproximadamente. Pertenece a la escultura clásica del siglo V a.C. En la actualidad, sus piezas se encuentran principalmente en el Museo Británico de Londres, Reino Unido y en el Museo de la Acrópolis de Atenas, Grecia.

Este friso se encuentra en el exterior de la naos del Partenón la cual es de orden jónico. Es un friso corrido alrededor de toda esta habitación que representa la procesión de las panateneas, mujeres que tejían el peplos para la estatua de Atenea Parthenos o Atenea Virgen. Es un bajorrelieve. En él podemos apreciar claroscuros, además de una gran perfección técnica propia de este autor. Debemos destacar que los ropajes que portan estas mujeres presenta la técnica de los paños mojados ya que se pega a su cuerpo y, además, presenta una gran cantidad de pliegues los cuales se asemejan a la textura de unos ropajes reales.

Esta obra pertenece a la estatuaria clásica del S.V a.C. Aquí, predominan las figuras humanas destacando las ideas de perfección y la virtud de la belleza. Se empleaba un canon de proporciones de 7 cabezas (que pasaría a ser 8 en el siglo siguiente), se creía que la desnudez era el máximo estilo de perfección y se marcaban mucho los músculos, principalmente los pectorales y el ángulo inguinal. Fidias destaca por sus claroscuros, el virtuosismo de las formas y la técnica de los paños mojados. Algunas otras obras importantes de este escultor son Las Parcas y el Zeus Olímpico, situado en el templo de este dios en Olimpia. También destacan Mirón con su Discóbolo y Policleto, creador del primer canon de proporciones en Grecia, destacando el Doríforo y el Diadúmeno.

Esta obra fue realizada en el Período Clásico (450 a.C. – 323 a.C.). Aquí debemos destacar las Guerras Médicas que enfrentaron a los griegos contra los persas que, en su afán expansivo, buscaban conquistar la península griega. Es la época de esplendor de Atenas (con Pericles y la democracia), Tebas y Esparta. Pero no solo destacan los escultores, también es la época de máximo esplendor de la filosofía la cual comenzará a hablar de los seres humanos, dejando de centrarse en el mundo y su origen.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Busto de Nefertiti



Nos encontramos ante el Busto de Nefertiti perteneciente al Imperio Medio (1.550 a.C. – 1.069 a.C.), concretamente al reindo de Amenofis IV o Akhenatón de la dinastía XVIII. Es de autor desconocido y pertenece a la escultura del estilo de Tell-El-Amarna En la actualidad, se encuentra en el Museo de Berlín, Alemania.

Esta obra es un busto perteneciente al estilo de Tell-El-Amarna representa a Nefertiti, la esposa del faraón Amenofis IV. Podemos apreciar que es un busto bastante naturalista, aunque alarga la cabeza hacia atrás de forma poco realista cosa que estaba relacionada con el culto monoteísta al dios Atón. Esta figura está policromada en diversos tonos: la piel es de un tono ocre y el collar y el gorro están policromados en tonos azulados y dorados. Destaca el maquillaje de sus labios y párpados aunque debemos añadir que tiene pintada únicamente la pupila del ojo derecho. Se cree que este busto fue realizado para que sirviera de modelos a otras estatuas, no para su exposición.

Este busto presenta unas características especiales, que no comparte con el resto de las estatuas ya que pertenece al estilo impuesto por Amenofis IV durante su reinado. Aquí no se buscaba la deificación de los miembros de la familia real, sino que primaba el naturalismo en las figuras, rostros y expresiones. Sin embargo, algo que le hacía parecer algo antinatural era el alargamiento de las cabezas en honor a Atón, dios solar.

Cuando este busto fue realizado, Egipto se encontraba sumergido en el Imperio Nuevo (1.550 a.C. – 1.069 a.C.) en el que debemos destacar los reinados de Hatshepsut, Amenofis IV, Tutankamón y Ramsés II entre otros. Fue el período de máximo esplendor de los templos entre los cuales destacaba el de Abu Simbel. Las esplendorosas tumbas se abandonan, construyéndose hipogeos excavados en la roca los cuales se agrupaban en valles como el de los Reyes o el de las Reinas.

Triada de Mikerinos, la diosa Hathor y el gnomo de Kynópolis



Nos encontramos ante la Triada de Mikerinos con la diosa Hathor y el gnomo de Kynópolis. Realizada durante el Imperio Antiguo (2686 a.C. – 2173 a.C.). Es una obra de autor desconocido, perteneciente a la escultura religiosa.

Esta escultura es un alto relieve en el que se representan al faraón Mikerinos con la diosa Hathor y el gnomo o espíritu de Kynópolis (una de las provincias de Egipto). El faraón se representa en el centro, de forma hierática y majestuosa, con aspecto de divinidad. Podemos apreciar como está coronado por la corona del Alto Egipto, destacando también en él la pequeña barba y el faldín del cual podemos destacar sus labrados, intentando imitar los pliegues del ropaje. Se representa con el pie izquierdo adelantado, símbolo de poder e importancia. A su derecha se halla Hathor, diosa egipcia de la monarquía y patrona de los nacimientos. Está representada con forma de mujer, aunque en su cabeza lleva unos cuernos de vaca en cuyo centro se halla una representación del sol. Presenta también un gran hieratismo y majestuosidad en su porte, además, sus ropajes se representan muy pegados al cuerpo de forma que se marca toda su figura. Su pie izquierdo también está adelantado, aunque de forma menos pronunciada que el del faraón, indicando así su menor importancia. Finalmente, a la izquierda de Micerinos se halla el gnomo de Kynópolis, representación de una provincia. De aquí destacamos también su hieratismo y sus ropajes que se adhieren totalmente a su figura. Esta figura no tiene su pie izquierdo adelantado, denotando así que es la menos importante de las tres figuras. Podemos destacar el hieratismo, la ley de la frontalidad y el canon de los 18 puños en los tres.

Esta estatua pertenece a la escultura religiosa. Esta se caracteriza por una gran rigidez y una idealización de los personajes representados ya que se asemejan con los dioses. Presentan el canon de los 18 puños, el cual nos indica que el ser humano perfecto debe medir 18 veces su propio puño, distribuyendo un cierto número de cada uno de estos por zonas del cuerpo (2 para la cabeza, 10 entre los hombros y las rodillas, 6 el resto) y la ley de la frontalidad mediante la cual la línea de los hombros y la cadera se representan rectas de forma que el eje del cuerpo no se desvía. Estas estatuas solían hacerse en un único bloque de piedra, sin separaciones, buscando que las figuras no se rompieran en diversos pedazos.

Esta obra fue realizada durante el Imperio Antiguo (2686 a.C. – 2173 a.C.). Esta es una de las etapas más importantes del denominado “milagro del Nilo”. La civilización egipcia es considerado esto ya que surgió debido a este río que fue la principal vía de comunicación, que se constituyó como frontera que separa la tierra de los vivos (este) y la de los muertos (oeste) y que les servía como base a sus creencias al pasar por ciclos de bajadas y crecidas anuales (vida-muerte). Sus crecidas también hicieron que los campesinos, sin trabajo debido a la inundación de sus campos, se marcharan a trabajar como obreros.

El escriba sentado



Nos encontramos ante el Escriba Sentado, encontrado en Sakkara y perteneciente a la V dinastía del Imperio Antiguo (2686 a.C. – 2173 a.C.). Es una obra de autor desconocido y perteneciente a la escultura cortesana egipcia. En la actualidad, se halla en el Museo del Louvre en París, Francia.

Ésta es una escultura de bulto redondo situada sobre un soporte de corte rectilíneo. Está realizada en bloques de piedra caliza, exceptuando sus ojos los cuales son de cristal. Está policromado en tonos ocres – la piel – y negro – el pelo. Es una escultura sedente aunque no tan hierática como las esculturas religiosas. Debemos destacar la relajación en su espalda y en los brazos – que además aparecen despegados del cuerpo, cosa muy extraña en la estatuaria egipcia ya que temían que los brazos se rompieran al separarlos del cuerpo-, además de su cuerpo no idealizado que nos muestra a una persona normal y corriente, no a un dios. También expresa emociones ya que su rostro muestra una gran naturalidad. Se muestra realizando su trabajo por tanto, podemos observar el material de escritura que lleva. Finalmente, la finalidad de esta escultura debía ser religioso ya que se creía que el Ka o alma del difunto habitaría en estas estatuas tras su muerte.

Esta estatua pertenece a la escultura cortesana de la V dinastía, estas estatuas presentan una serie de características pues a parte de las que comparten con las estatuas religiosas es decir, la armonía en las proporciones (canon de los 18 puños) la cual dividía una determinada cantidad de “puños” por zonas del cuerpo la ley de la frontalidad que consiste en representar recta la línea de los hombros y las caderas permitiendo que el eje del cuerpo no se desvíe, también tiene otras como la menor solemnidad y el mayor naturalismo tanto del cuerpo, como de la cara teniendo además una cierta relajación. Estas esculturas se hacían por un motivo religioso y buscaban una representación fiel del difunto, para que el Ka o alma pudiera encontrar su morada.

La época en la que esta escultura se realiza es el Imperio Antiguo (2686 a.C. – 2173 a.C.). Esta es la época de los grandes faraones y de las primeras pirámides. Debemos destacar la actuación de Zoser, Kefrén, Keops y Mikerinos entre otros, además de sus pirámides, las primeras que se hicieron, destacando sobre todo la de Zoser, lugar en el que se encontró la estatua que hemos comentado, la pirámide escalonada realizada por Imhotep compuesta por una serie de mastabas superpuestas, la cual inició el período de esplendor de la arquitectura egipcia. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Venus de Willendorf




Nos encontramos ante la Venus de Willendorf perteneciente al Paleolítico Superior, concretamente al período Auriñacense (32.000 a.C. – 20.000 a.C.). Fue encontrada en Willendorf (Austria). Es de autor desconocido y pertenece a la escultura prehistórica.

Esta obra es una escultura de bulto redondo realizado sobre piedra caliza y con unas dimensiones de 11 cm de alto y 5,7 cm de ancho. Está pintada de color ocre. Podemos apreciar la gran voluptuosidad que presentan ciertas zonas como los pechos, las caderas y las nalgas, además de que no se le talla la cara sino que se la cubre con una especie de gorro. Esta figura se realizó debido a la creencia religiosa de que atraería la fecundidad.

Esta escultura pertenece a la estatuaria prehistórica. En este período no existe una gran variedad de esculturas, no es el arte predominante, aunque sí que destacan las numerosas venus, representaciones femeninas relacionadas con la fecundidad. Estas figuras eran de carácter religioso-supersticioso y presentaban una gran anchura en las caderas, los pechos y las nalgas, pensando que así las mujeres se quedarían embarazadas con más facilidad. Algunas veces, se representaban también junto con el cuerno de la abundancia como en el caso de la Venus del Cuerno o de Laussel.

Cuando esta obra fue realizada, la humanidad se hallaba sumergida en plena glaciación. Los seres humanos eran nómadas, es decir, no tenían un asentamiento fijo sino que se dedicaban a vagar por diversos territorios asentándose en el interior de las cuevas debido a las temperaturas exteriores. También eran, además, depredadores ya que se dedicaba únicamente a la caza y la recolección de frutos, adaptando sus herramientas al frío glaciar que les envolvía y parecía eterno.

Barranco de Valltorta




Nos encontramos ante una pintura de una cacería del Barranco de Valltorta (Castellón, Comunidad Valenciana) perteneciente al periodo Mesolítico, aproximadamente del 9.000 a.C. al 6.000 a.C. de autor desconocido y perteneciente al arte rupestre de la zona levantina.

Esta pintura está realizada sobre piedra, probablemente, cerca de la entrada de la cueva, en un lugar poco profundo como era usual en esta etapa artística. Es un dibujo esquemático en el que se representan tanto animales como seres humanos. Podemos apreciar el uso de la escala ya que los seres humanos se representan de un tamaño menor que los ciervos que están cazando. Es una pintura policromada, así mismo, podemos apreciar un intento de dinamismo ya que podemos apreciar como los hombres están lanzando flechas o cargando sus arcos y los ciervos corren en su dirección. Otro detalle a destacar es que, ahora, los animales aparecen formando grupos y no de forma individual.

Esta obra pertenece a la pintura rupestre de la zona levantina. Esta pintura destaca por su localización en zonas poco profundas de las cuevas (ya que, tras el deshielo, los seres humanos no tenían que habitar en la parte más profunda), por su esquematismo que llega a transformarse incluso en abstracción en ciertos momentos, además del comienzo del dinamismo, las obras tienen una cierta escala y pueden aparecer grupos de animales, además, comienza a aparecer el ser humano (anteriormente, como mucho, aparecían siluetas de manos), pero se siguen policromando las pinturas. Debemos destacar el fuerte contraste con la anterior escuela, la franco-cantábrica, en la que las pinturas presentaban un gran realismo, pero también un gran tamaño, siempre aparecían solas, sin formar grupos, no aparecía el ser humano centrándose en representaciones de ciervos, bisontes y caballos principalmente. Finalmente, no conocemos cómo comenzó el hombre a pintar, aunque hay varias teorías: por una parte tenemos la teoría de Henry Breuil o mágico-simpática que nos dice que el hombre, para propiciar la caza creía que debía pintar la imagen del animal que deseaba cobrar, era una forma de asegurarse la caza, sin embargo, las figuras más representadas son bisontes y caballos, mientras se solían cazar más renos y ciervos; por otra, la teoría de Leroi-Gorhan o religiosa que nos dice que los cuevas eran lugares sagrados donde se realizaban ritos de iniciación, cosa que se intuye debido a la disposición, mostrando un complejo sistema de creencias en el que los bisontes y caballos representarían lo masculino y femenino (opuestos que se unen para generar vida), siendo los renos y ciervos un segundo nivel de creencias; finalmente, también se cree que el ser humano, cuando tenía tiempo libre, comenzó a pintar y dibujar de forma espontánea siendo conocida esta teoría como “El arte por el arte”.

Esta obra fue realizada en el Mesolítico, en este período, el ser humano había comenzado a cambiar su modelo de vida debido al fin del período glaciar y el deshielo. Aún eran depredadores, centrando su economía en la caza y la recolección, pero habían comenzado su transformación hacia una economía productiva. Por otra parte, los asentamientos comenzaron a ser al aire libre o en las partes poco profundas de las cuevas, destacando, además, los útiles especializados como la hoz o los diversos molinos de mano. La sociedad había dado un importante paso, había comenzado a avanzar.

Bisonte de Altamira




Nos encontramos ante os encontramos anteuna pintura de un bisonte de la cueva de Altamira (Cantabria), del Paleolítico Superior, concretamente del período Magdaleniense (datada aproximadamente del 15.000 a.C. al 9.000 a.C.) de autor desconocido y perteneciente a la escuela franco-cantábrica del arte rupestre.

Esta pintura está realizada sobre las paredes de piedra de la cueva siendo un dibujo de carácter realista, fruto de una profunda observación. Representa un bisonte en una posición estática y solo, sin pertenecer a un grupo. Es una pintura policromada pintada mediante el método del tamponado, con el contorno bien marcado, también es una figura de gran tamaño en la que se aprovechan las rugosidades para dar un cierto volumen al animal.

Esta obra pertenece a la pintura rupestre de la escuela franco-cantábrica, localizada en el norte de España y en Francia. Las características de esta escuela son el dibujo de animales estáticos de gran tamaño que no forman grupos, tienen un gran naturalismo siendo imágenes policromadas pintadas mediante el método del tamponado el cual consiste en dibujar primero la silueta y después colorear el interior golpeando la superficie con los dedos tras cubrirlos con piel y untarlos en pintura, la cual se obtenía con roca pulverizada aglutinada con grasa o con madera quemada (para obtener el color negro). Además, aprovechaban la rugosidad de las paredes en las que pintaban para aportar cierta sensación de volumen, además de un poco de perspectiva. Esta pintura será sucedida poco después, en el Mesolítico, por la de la escuela levantina centrada en el este peninsular y que difiera bastante con esta otra escuela ya que se cambia el lugar en el que se pinta (ahora en lugares poco profundos de las cuevas), se usa la escala y el movimiento y aparecen los seres humanos, sin embargo, se pasa del naturalismo a una pintura más bien abstracta, al esquematismo de los dibujos que continuará así hasta la Edad del Bronce. Finalmente, no conocemos cómo comenzó el hombre a pintar, aunque hay varias teorías: por una parte tenemos la teoría de Henry Breuil o mágico-simpática que nos dice que el hombre, para propiciar la caza creía que debía pintar la imagen del animal que deseaba cobrar, era una forma de asegurarse la caza, sin embargo, las figuras más representadas son bisontes y caballos, mientras se solían cazar más renos y ciervos; por otra, la teoría de Leroi-Gorhan o religiosa que nos dice que los cuevas eran lugares sagrados donde se realizaban ritos de iniciación, cosa que se intuye debido a la disposición, mostrando un complejo sistema de creencias en el que los bisontes y caballos representarían lo masculino y femenino (opuestos que se unen para generar vida), siendo los renos y ciervos un segundo nivel de creencias; finalmente, también se cree que el ser humano, cuando tenía tiempo libre, comenzó a pintar y dibujar de forma espontánea siendo conocida esta teoría como “El arte por el arte”.

Esta pintura se realizó en el Paleolítico Superior, en esta época el ser humano era nómada, es decir, no vivía en un lugar determinado sino que iba desplazándose de un lugar a otro en busca de alimentos, pues era un depredador. Sus principales actividades eran la caza y la recolección por lo que usaban la piedra tallada para crear sus propios utensilios, adaptados para su uso en el entorno glaciar en el que habitaban, pero poco después se producirá el deshielo que provocará que el ser humano comience a cambiar sus hábitos, de forma que todo esto concluya con la entrada de los hombres en la Historia.