Nos encontramos ante el cuadro titulado El matrimonio
Arnolfini realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck (atribuido
principalmente a Jan) en el año 1434. Esta obra pertenece a la escuela flamenca
de la pintura gótica.
Este cuadro es una pintura en óleo realizada con pincel.
Representa como el matrimonio Arnolfini contraía nupcias. Él, era un rico
banquero italiano asentado en Flandes, cuya riqueza podemos comprobar tanto en
los ropajes de los protagonistas, como en la decoración de la habitación.
Podemos observar como los dos jóvenes están contrayendo matrimonio. Ambos
tienen las manos unidas pero, mientras él levanta su mano derecha reflejando un
juramento, ella posa la suya en su vientre, en señal de fertilidad. La obra
presenta un gran simbolismo: por una parte, los colores predominantes – verde y
rojo – simbolizan fertilidad y pasión; los dos pares de zuecos representan la
función de cada miembro del matrimonio, los de él, más cercanos a la puerta
indican su obligación de trabajar para mantener a la familia y los de ella, en
el fondo y junto a la cama, indican su obligación de permanecer en casa para
atenderla y cuidar de la familia; el perro indica fidelidad; los rosarios
situados a la izquierda del espejo muestran la obligación de ser devotos y orar
con frecuencia; en el cabecero de la cama podemos observar una borla (clara
alusión a la fertilidad) sobre la que se encuentra la imagen de Santa
Margarita, patrona de los partos, aunque también podría ser Santa Marta, patrona
del hogar; al llevar los pies descalzos indican que están en un lugar sagrado.
Finalmente, también debemos añadir que en el espejo del fondo, rodeado por 10
de las 14 estaciones del Via Crucis, podemos observar el reflejo de los dos
pintores que actúan como testigos de este enlace.
La pintura gótica de la escuela flamenca se caracteriza por
la fuerte iluminación, el uso del volumen, la minuciosidad y el detallismo, la
representación de imágenes y objetos cotidianos, la inexistencia de la
perspectiva científica y la no idealización. Por otra parte, debemos destacar
el amor al paisaje y el estudio de la composición. Los temas más usuales eran
los burgueses aunque también había un fuerte protagonismo de la religión en
ellos. Destacan los hermanos Hubert y Jan van Eyck autores del cuadro ya
comentado además de algunas Vírgenes y del Cordero místico de San Bavón en
Gante; Petrus Christus cuya temática era religiosa; Roger van der Weyden autor
de, entre otros cuadros, el Descendimiento; Hans Memling autor del Tríptico de
la adoración de los Reyes Magos; Robert Campín, que representó sobretodo
vírgenes y santos; Brueghel, autor de obras de tema burgués; El Bosco cuyo
cuadro más famoso es el Jardín de las Delicias. Finalmente, nombrar a Dierick
Bouts, Hugo van der Goes; Gerard David; Gerardo de San Juan y Patinir.
Cuando este cuadro fue realizado, Europa se hallaba en una
época de grandes transformaciones. Tras numerosas mejoras económicas, la
población se marcha a las ciudades donde la burguesía comenzará a controlar a
la población. A pesar de todas estas mejoras, la población más pobre vivirá en
una crisis constante, acechados por el hambre y las enfermedades como la peste.
Los burgueses se convertirán en los primeros mecenas de las artes, favoreciendo
la construcción de las grandes catedrales y la realización de obras pictóricas.
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