martes, 22 de enero de 2013

Virgen con el niño de Filippo Lippi



Nos encontramos ante la Virgen con el niño de Filippo Lippi realizado en el 1445. Es una obra perteneciente al Quattrocento del Renacimiento italiano. En la actualidad se encuentra en la Galería de los Uffizi.

Este cuadro realizado en témpera sobre madera representa a la Virgen junto al niño y dos ángeles. Estos levantan al niño para que su madre, en actitud orante, pueda cogerlo. Destaca la gran humanidad en los rostros de los protagonistas (el de María inspirado en su amante). Uno de los ángeles involucra al espectador en la escena al mirar al público. El pintor introduce la sensación de volumen y profundidad mediante la ventana del fondo. Este pintor destaca por las formas suaves y los colores vivos, además de los primerísimos planos. Los adornos de la Virgen y la riqueza de su tela se inspiran en la pintura flamenca. Esta obra y algunas otras de Filippo Lippi inspirarían a Botticelli.

La pintura del Quattrocento italiano se basa en los modelos clásicos de la pintura aunque era bastante difícil de imitar ya que apenas se conservan restos originales (la pintura era poco común en Grecia y Roma) y se tenían que basar en algunas descripciones. Algo común en las pinturas era la proporción aurea (1x1’618). Hay una gran cantidad de pintores pero, entre ellos, destacan Masaccio, Fra Angélico, Piero della Francesca, Mantegna y el gran Sandro Botticelli.

Cuando este cuadro fue realizado Europa, y especialmente Italia, se habían convulsionado debido a un hallazgo: las ruinas de Pompeya. Esto provocó un interés creciente por la Antigüedad la cual se tomó por modelo a seguir en todas sus vertientes. Apareció el pensamiento humanista, renacieron las artes y la filosofía de Platón y Aristóteles. La sociedad avanza hacia el antropocentrismo y la temática del arte deja de ser religiosa. Aparecen los mecenas, protectores de las artes y la ciudad de Florencia se transforma en el centro cultural del mundo.

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